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martes, 31 de mayo de 2011

El 31 de mayo: “Día Mundial sin Tabaco”

El 31 de mayo de cada año la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebra el Día Mundial sin Tabaco, con el objetivo de señalar los riesgos que supone el consumo de tabaco para la salud y fomentar políticas eficaces de reducción de dicho consumo.

Esta fecha fue instituida por la Asamblea Mundial de la Salud en 1987 considerando la existencia de una epidemia de tabaquismo y sus efectos letales.

Magnitud del problema

  • Se calcula en 5,4 millones las muertes en todo el mundo anualmente a causa del consumo de tabaco.
  • Es la segunda causa mundial de muerte, tras la hipertensión.
  • Es responsable de la muerte de uno de cada diez adultos.

Entusiasmos y resistencias

Sin duda que su alto consumo genera importantes ingresos a la industria del tabaco y su cadena de distribución a nivel mundial, hasta la venta al detalle. Además, los propios estados reciben por este concepto importantes ingresos a su caja fiscal, de ahí la tibieza para abordar este tema por parte de gobiernos.

Sin embargo, los sanitaristas y organizaciones de salud pública, considerando sus efectos deletéreos sobre la salud humana han venido luchando porque los estados dispongan de las medidas para la restricción de su consumo.

Un elemento importante en este enfoque es la participación consciente del individuo.

Ideas fuerza

  • 2007: Ambientes libres de humo de tabaco.
  • 2008: Juventud libre de tabaco.
  • 2009: Advertencias sanitarias antitabaco.
  • 2010: Género y tabaco: la promoción del tabaco dirigida a las mujeres.
  • 2011: El Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco.

Enlace: http://williamcastro.wordpress.com/2007/02/25/actitudes-ante-el-cancer/

jueves, 26 de mayo de 2011

Medicamentos “de marca” vs “genéricos”. Un tema non sancto

El día miércoles 25, organizado por el Departamento de Medicina, se realizó una conferencia sobre medicamentos comerciales y los genéricos, a cargo del Dr. Alfonso Zavaleta Martínez Vargas, Médico cirujano Doctor en Farmacología y Profesor Principal de la Universidad Cayetano Heredia.

La invitación era escueta y sólo decía “la intención es que cada uno de Uds. saque sus conclusiones sobre el uso de los mismos”. (¿?)

“En mi experiencia”… esa vieja frase sin sustento

Al final de la exposición, en la ronda de intervenciones del auditorio, no faltaron intervenciones acientíficas, como aquella del colega que pidió la palabra para felicitar la ponencia “porque ha dado más luces sobre el tema”; y que “en su experiencia” el medicamento de marca es “de lejos, mejor que el genérico”.

Por supuesto que inmediatamente le llovieron las críticas, porque la ciencia no acepta estas subjetividades en razón a que la validez científica está dada por estudios poblacionales, donde la diferencia debe demostrarse estadísticamente.

Un tema hipersensible en el mundo hospitalario

El tema “medicamentos de marca” y “medicamentos genéricos” no siempre es aséptico, dados los intereses comerciales que se encuentran implicados y por tanto interesa saber en primer lugar si existe conflicto de intereses por parte del expositor.

Recordemos que los hospitales son principal centro de atención de los laboratorios farmacéuticos, en razón a que allí se concentra un alto número de profesionales médicos, sobre quienes una cohorte de propagandistas se lanza a “persuadirlos” para que receten sus productos comerciales, llegando en oportunidades a caer en la guerra sucia contra los genéricos basados simplemente en la diferencia de precios, aduciendo que sólo esa variable pueda ser expresión de calidad.

Cuáles son copia y cuál es el original?

Si vemos la cantidad de propagandistas, todos ellos promocionando productos similares, es fácil deducir que frente a un original existe gran cantidad de copias, también promocionados como “productos de marca”, lo cual revela que la ética es un concepto muy laxo en esta materia.

Medicamentos genéricos

Los genéricos son medicamentos idénticos, en cuanto a principios activos, dosificación, forma farmacéutica, seguridad y eficacia, a los medicamentos originales producidos en exclusividad por los grandes monopolios farmacéuticos.

El periodo de exclusividad, que se inicia desde el momento en que el producto es puesto a la venta, vence a los diez años; pero la protección de la patente del fármaco original dura veinte años. Entonces es cuando otros fabricantes tienen derecho a producir los genéricos que cuestan un 40% más baratos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la mayoría de los Gobiernos recomiendan el uso de genéricos porque, por su menor costo, favorecen el acceso equitativo a la salud de las poblaciones expuestas a enfermedades evitables.

El Informe de la Comisión Europea sobre la competencia en el sector farmacéutico

Este Informe señala que en el comercio de los medicamentos, la competencia no está funcionando y que los grandes grupos farmacéuticos recurren a toda suerte de juegos sucios para impedir la llegada al mercado de medicinas más eficaces y sobre todo para descalificar los medicamentos genéricos mucho más baratos.

Asimismo, agrega, que los consorcios dedican centenares de millones de dólares a campañas tendentes a prolongar por más de 20 años la fecha de vencimiento de las patentes de fármacos, lo que impide el ingreso al mercado de productos genéricos con hasta un 40 por ciento menos del valor.

Incluso en algunos países se ha denunciado prácticas ilegales y desleales de grandes grupos farmacéuticos para impedir el ingreso al mercado de medicinas más baratas y descalificar medicamentos genéricos.

viernes, 20 de mayo de 2011

La muerte y la doncella

Iniciamos este blog, que busca conocer anécdotas hospitalarias, con la nota de Andrés Pascuas un escritor colombiano, quien durante su breve estancia en el Perú enfermó, siendo internado en mi hospital (Daniel Alcides Carrión del Callao). Accedió gentilmente a escribir este relato:

La Muerte y la Doncella

I

Me sucedió esto el tercer día de estadía allí. Me desperté sobresaltado al amanecer en medio de tercos sueños delirantes. En los primeros minutos nada parecía tener sentido. Me froté los ojos varias veces, sequé el sudor, producto de la fiebre de mi frente y me senté a observar cómo poco a poco, esa oscura silueta, iba tomando sentido. Transcurrió tal vez media hora, hasta que al fin comprendí de qué se trataba. Al principio el miedo me aturdió, no era capaz de moverme, ni de pronunciar palabra alguna, ya no sentía, incluso, ese fuerte dolor de hígado, producto de la hepatitis por la cual fui hospitalizado en aquella clínica.

Parecía como si yo no existiera, o mejor, como si yo no le interesara; ni yo ni los otros diez pacientes con los que compartíamos la Sala de Observación. Ellos tampoco notaban su presencia, dormían, descansando sus enfermedades.

Caminaba lentamente de lado a lado del pasillo, con la paciencia del que espera un valioso tesoro. Sólo se detenía para observar a uno de mis compañeros enfermos que se encontraba en una cama a mi lado derecho. Cuando la vi parada frente a él, intenté reconocer sus rasgos, pero la oscuridad de la madrugada y la capota que llevaba puesta hacían la labor imposible.

II

Y tan contenta que se encontraba su doncella el día anterior. Estaba loca de contenta pues aseguraba que su hombre muy pronto se recuperaría. “Qué lindo es tener a mi lado a un hombre débil e indefenso al cual cuidar” decía, y permanecía siempre atenta a lo que su hombre necesitara, no le importaba que él llevara poco más de un mes sin despertar.

Sagradamente todos los días lo visitaba: le leía libros que hablaban de amor, le acariciaba su cara y sus manos con ternura. Últimamente se dedicaba a tejerle unos guantes de lana azul, su color favorito, para que usara en las noches frías cuando saliera del hospital.

III

Esa mañana me desperté con el sonido de los lamentos, de los peldaños y de las viejas escaleras que trancaban.

Soñé toda la noche anterior, breves gritos intermitentes se internaron en mi sueño; creí entender que los delirios se debían a la fiebre de mi enfermedad, sin embargo di un rápido vistazo y me quedé asombrado: no encontré la oscura silueta y tampoco estaba mi compañero enfermo ni su bella doncella acompañándolo; sólo había un par de guantes de lana encima de una cama vacía.

Andrés Pascuas Cano

andrespascuas@hotmail.com

www.andrespascuas.blogspot.com

www.sinpecadocapital.blogspot.com